El director británico Sam Mendes vuelve a los escenarios del West End londinense tras el éxito de su película "Skyfall" y lo hace con la primera adaptación teatral de la novela "Charlie y la fábrica de chocolate".
El musical sobre la historia que el escritor galés Roahl Dahl (1916-1990) publicó en 1964 se preestrena hoy en el teatro Royal Drury Lane de la capital británica, aunque su estreno oficial está previsto para el próximo 25 de junio.
No es el primera producción de este tipo que dirige el cineasta inglés, de 47 años, quien antes debutar en la gran pantalla con la oscarizada "American Beauty" (1999) ya poseía una nutrida carrera en los escenarios gracias a espectáculos como "Cabaret" (1994), seguido después por otros como "Ricardo III" (2011).
Tras recibir las alabanzas de público y de la crítica por "Skyfall", Mendes renunció el pasado marzo a dirigir la siguiente entrega de la saga de James Bond a la vez que anunció su vuelta a los escenarios durante "el próximo año y más allá".
El exmarido de Kate Winslet define el teatro como su "hogar" y le atribuye "una magia particular" que permite "contar historias de la forma más pura", en este caso, la del pobre niño Charlie Bucket y el misterioso y extravagante Willy Wonka.
Cinco billetes dorados escondidos en cinco deliciosas chocolatinas cambiarán para siempre la vida de aquellos que los descubran con una visita a la inmensa fábrica regentada por Wonka y por los diminutos Oompa Loompahs.
Uno de los niños afortunados será Bucket, que vive en las inmediaciones de la fábrica maravillado por la historias que de ella le cuenta uno de sus cuatro abuelos, que residen con él y sus padres en una casa torcida de una sola habitación.
La meta que se ha marcado Mendes con su adaptación de "Charlie and the Chocolate Factory" es que la audiencia, "que siente que conoce la historia", se olvide de que el pequeño protagonista gana el billete dorado que le abre las puertas de otro mundo mucho menos gris que el suyo.
Fascinado por el universo de Roahl Dahl desde que tenía nueve años, el director afronta esta gran producción acompañado del dramaturgo escocés David Gray ("Dunsinane", 2010) y del diseñador de vestuario Mark Thompson ("Mamma Mia!", 2004).
Sobre ellos recaerá la tarea de adaptar la historia para el escenario del Royal Drury Lane y de diseñar las ropas que definen a los diversos y pintorescos personajes de una de las obras más famosas del escritor galés.
Autor de otros éxitos como "Matilda" (1988), la fascinación que ejercen las historias de Dahl no es solo una cosa de niños, ya que sus escritos son recordados con cariño por muchos adultos debido a la existencia de "algo siniestro" en su mundo, apunta Mendes.
A diferencia de otras obras, en "Charlie y la fábrica de chocolate" no hay un malo "obvio", según el cineasta británico, que señala directamente a Willy Wonka como un "malo que no lo parece porque también es el bueno".
Mendes es un confeso admirador de la figura "mítica" de Wonka, al que reconoce el mérito de ser "uno de los grandes personajes de la literatura occidental: en parte genio loco, en parte Salvador Dalí, en parte un hombre corriente y en parte Charlie Chaplin".
El actor inglés Douglas Hodge, de 53 años, es el encargado de ataviarse con el icónico sombrero de copa de Wonka y de guiar a través de las fascinantes y surrealistas salas de su fábrica a los cinco chicos y a sus no siempre ejemplares padres.
Hodge seguirá los pasos del actor estadounidense Johnny Depp, que encarnó a Willy Wonka en la segunda adaptación cinematográfica del libro firmada por el director norteamericano Tim Burton en 2005.
En su vuelta al teatro, Mendes promete al público emoción, diversión y asombro, sobre todo en relación a los pequeños Oompa Loompahs: "No puedo revelar nada, pero puedo decir con seguridad que nunca se han visto así antes".